1.7.09


María Eloísa es una chica muy linda que guarda cien mapas dentro de su cabeza y mil brújulas en sus pies. Si la preguntas por Nairobi, sabe decirte la época de lluvias, la moneda en vigor y sus dos idiomas oficiales. Así, con casi cualquier país que le preguntes. Con respecto a sus pies, sólo hay que seguirla un día por los parques de la ciudad universitaria y lo entenderás. Anda corriendo y lo hace con una suavidad que encandila. Se ha comprado una veleta de esas que tienen una flecha y forma de gallo para cuando emprenda su “gran viaje.” No es de las grandes, es de las que caben en el bolsillo. Lo hace por si un día se pierde y no sabe el camino. Entonces, dice, sacará la veleta y el viento le indicará por donde seguir. Lo tiene todo preparado, todo salvo la ruta. Sabe que partirá el 23 de Junio, pero no sabe dónde estará el 17 de noviembre. “Si supiera a dónde voy, no sería un gran viaje.” También se había comprado un playmóvil aventurero en un mercadillo. Un compañero de viaje que tuviese más experiencia y que siempre estuviese sonriendo. Tenía el propósito de escribirse una carta desde cada país y meter una piedra dentro. Así cuando llegará, tendría un montón de trocitos del mundo. Posiblemente los colocará en una vitrina y la expusiera como “una vuelta al mundo en un sólo vistazo” o algo así. No lo tenía muy claro pero sabía que de alguna forma iba a sacarse su dinero con eso. Mientras tanto, trabaja de mujer-anuncio en la calle para ganarse el sustento que le permitiese viajar. Se sienta en un banco y se pone un cartón que promociona una sucursal de comida rápida. Y eso es todo su trabajo. Sentarse y esperar que los viandantes que crucen delante de ella se deslumbren por las letras fosforitas. “Nucdogs. Nunca un perrito caliente supo tanto a verdadero perrito.” Ese es el eslogan y su parte delantera. En la espalda, donde los anuncios del cartel no llegan, muestra una camiseta que ha dibujado ella misma y que dice: “Hay más vacas y cerdos en el mundo que personas. No te avergüences si te llaman lechuguino.” Si alguien le pregunta, tiene que indicarles que el local está a cien metros girando la esquina. Pero cuando alguien lo hace suele ser para preguntarle qué libro está leyendo.
Así lleva más de dos años. Ahorrando y ahorrando para cuando todo esté listo. Si le preguntas cuanto más necesita. Te dice un poco más, sólo un poco más y ya está. Pero todos sabemos que no está ya. Que tras el 23 de junio vendrá el 14 de septiembre, y que tras septiembre vendrá primeros de año. No es la quinta vez que pospone su viaje y tampoco será la última. El día que la conocí, estaba en una cafetería haciendo cálculos en una servilleta. Cuando le hablé, me dijo que intentaba descubrir la manera de que su mochila bajase de 8 kilos 200 gramos sin dejar ningún artículo en el camino.
Nunca he visto a nadie que estuviese tan preparado para enfrentarse a su destino. El problema es que con tantas cosas había olvidado meter el valor de enfrentarse a él en la mochila, y ahora ya no le cabía. Ella sigue diciendo, que no pasa nada, que más tarde o más temprano hará pero, yo creo que ya lo ha empezado, hace 23 años. Lo que pasa es que no se ha dado cuenta.

1 comentario:

Isa dijo...

Iñaki, me los leo todos, que lo sepas! Y me encantan!

Quiero que vengais! Artista!